Revisado médicamente por Dr. Sam Ward
Escrito por Anne-Sophie Laignel
Última actualización el 11/5/2024 - 7 min de lectura
Si tiene problemas de erección, disfunción eréctil y está tomando tratamientos, lea atentamente este artículo.
Los trastornos eréctiles, o la dificultad para obtener o mantener una erección, son una fuente de frustración para muchos hombres. Este problema puede ser causado por varios factores, incluyendo la edad, enfermedades crónicas o factores psicológicos. Sin embargo, un factor a menudo subestimado es el efecto secundario de ciertos medicamentos comunes. La mejor solución después de leer atentamente este artículo es consultar sin demora a los especialistas en erección, los médicos en Kano.care
Muchos tratamientos médicos utilizados para tratar enfermedades graves pueden tener un impacto negativo en la función eréctil. Desafortunadamente, los pacientes están mal informados y a menudo se encuentran bastante solos frente a este problema de erección que no se considera como un problema mayor. Aquí hay una visión general de los 50 principales medicamentos conocidos por causar disfunción eréctil.
Estos medicamentos, comúnmente recetados para controlar la presión arterial y las enfermedades cardíacas, reducen el flujo sanguíneo hacia el pene, dificultando la obtención de una erección.
Los diuréticos, a menudo llamados 'píldoras de agua', se prescriben para la hipertensión. Reducen la cantidad de sangre que circula en los vasos sanguíneos, lo que puede provocar disfunción eréctil.
Aunque son efectivos para reducir la presión arterial, estos medicamentos pueden causar una disminución del deseo sexual y disfunción eréctil en algunos pacientes.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina y la sertralina, se utilizan frecuentemente para tratar la depresión y la ansiedad. Estos medicamentos afectan a los neurotransmisores del cerebro, reduciendo a veces la libido y dificultando la erección.
Estos medicamentos, utilizados para tratar la esquizofrenia o los trastornos bipolares, afectan las vías neuronales responsables de la erección.
Utilizados para tratar las alergias, algunos antihistamínicos pueden causar disfunción eréctil al bloquear la producción de enzimas necesarias para la erección.
Las estatinas, aunque beneficiosas para reducir el nivel de colesterol, pueden afectar la producción de testosterona, provocando trastornos de la erección.
Estos medicamentos, utilizados para tratar la hipertrofia benigna de la próstata y la calvicie, disminuyen la producción de testosterona y están asociados con trastornos de la erección.
Estos tratamientos afectan directamente los niveles hormonales y pueden causar una pérdida de la función eréctil al reducir los niveles de testosterona.
Estos medicamentos dilatan los vasos sanguíneos para reducir la presión arterial, pero también disminuyen el flujo sanguíneo hacia el pene, causando disfunción eréctil.
La siguiente lista incluye otros medicamentos que pueden causar disfunción eréctil, aunque en menor medida:
Es esencial para los pacientes que sufren de trastornos eréctiles relacionados con medicamentos consultar a su médico. A menudo existen alternativas a los medicamentos que causan estos efectos secundarios. Soluciones como el Viagra o el Cialis
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Los tratamientos para los trastornos de la erección, como el Viagra®, Cialis®, Levitra® y Spedra®, presentan riesgos potenciales que varían según el estado de salud del paciente. Pueden provocar efectos secundarios graves, incluyendo problemas cardiovasculares, interacciones medicamentosas peligrosas o erecciones prolongadas (priapismo), que requieren una intervención médica inmediata.
Es esencial no tomar estos medicamentos sin el consejo de un profesional de la salud calificado. Una consulta médica rigurosa permite determinar el tratamiento adecuado para cada individuo, teniendo en cuenta los antecedentes médicos y las contraindicaciones.
Además, es crucial asegurarse de que los medicamentos provengan de fuentes confiables y autorizadas. Los medicamentos comprados fuera de los canales legales o sin prescripción médica pueden ser falsificados, ineficaces o incluso dañinos para la salud. Consulte siempre a un médico antes de usar estos tratamientos y obtenga los medicamentos a través de una farmacia acreditada.