Revisado médicamente por Dr. Sam Ward
Escrito por Notre équipe éditoriale
Última actualización el 11/5/2024 - 5 min de lectura
64 %: ese es el porcentaje de hombres que han experimentado un problema de erección en algún momento de su vida, según una encuesta realizada en 2018 por el IFOP (Instituto Francés de Opinión Pública) para Mypharma. Esta cifra demuestra que los problemas de erección están lejos de ser poco comunes y pueden afectar a una amplia mayoría de hombres en algún momento.
Fatiga, bajón anímico, consumo de alcohol... Probablemente ya has experimentado alguna dificultad temporal en este ámbito, quizás incluso en varias ocasiones. Pero antes de sacar conclusiones precipitadas, es importante saber que esto no significa necesariamente que sufras de disfunción eréctil. Esta se caracteriza por problemas de erección repetidos y regulares. En cualquier caso, los problemas de erección no son inevitables: existen numerosas soluciones para mejorar tu vida sexual.
Lo más importante es escucharse a uno mismo, estar atento a las señales que su cuerpo le envía y, sobre todo, hablar de ello. Es crucial discutir estas dificultades sin vergüenza ni tabú, con profesionales de la salud, como su médico de cabecera. Síntomas, causas, tratamientos... Este artículo está aquí para iluminarle.
Aunque pueda parecer simple y automático, la erección en realidad depende de un mecanismo físico y sensorial complejo. Para simplificar, su pene está compuesto de dos cuerpos cavernosos, arterias y venas, así como de nervios erectores. Durante una excitación sexual, estos nervios transmiten señales de estimulación – que pueden ser visuales, táctiles, auditivas o olfativas – hacia los cuerpos cavernosos y las arterias del pene.
Esto desencadena una acción bioquímica que relaja los músculos lisos del pene y permite que la sangre fluya hacia él, inflando así el pene y endureciéndolo. Cuando todo funciona correctamente, el pene puede contener hasta 8 veces más sangre de lo que tiene en reposo ¡Este impresionante proceso, sin embargo, puede ser perturbado por varios factores, haciendo que la erección sea difícil o incluso imposible.
Según la Asociación Francesa de Urología, la disfunción eréctil (DE) se define como «la incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria». Para que sea considerada como tal, la DE debe durar al menos tres meses.
El diagnóstico se basa en una entrevista detallada, que no solo se centra en la función eréctil, sino también en la función orgásmica, el deseo sexual y la satisfacción general relacionada con las relaciones sexuales. La disfunción eréctil puede manifestarse de diferentes maneras:
Es crucial entender que las causas de la disfunción eréctil son múltiples y pueden ser de índole física, psicológica, o una mezcla de ambas. Aquí algunos ejemplos de causas físicas:
Las causas psicológicas incluyen:
Para muchos hombres, hablar sobre la disfunción eréctil es difícil e incluso vergonzoso. Sin embargo, como muestra el estudio del IFOP, el 64 % de los hombres han tenido problemas de erección. Es un tema que afecta a muchas personas y no hay nada de qué avergonzarse al discutirlo.
Es primordial hablar de ello, ya que la disfunción eréctil puede ser indicativa de problemas de salud más serios, como enfermedades cardiovasculares o diabetes. Por lo tanto, es necesaria una evaluación médica para descartar o tratar estos problemas subyacentes. Además, la disfunción eréctil en sí es hoy en día ampliamente tratable, con opciones que incluyen tratamientos médicos (como los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, entre ellos el Viagra), terapias psicológicas o cambios en el estilo de vida.
Existe una gama de soluciones para la disfunción eréctil. Dependiendo de la causa identificada, su médico podrá orientarle hacia:
La disfunción eréctil es un problema común que afecta a un gran número de hombres en todo el mundo. Afortunadamente, hoy en día existen soluciones efectivas para mejorar la calidad de vida y recuperar una sexualidad plena. Lo más importante es no ignorar las señales de su cuerpo, hablar abiertamente de ello y consultar a un profesional de la salud para establecer un diagnóstico preciso y encontrar el tratamiento adecuado.
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Este artículo es solo informativo y no constituye una opinión médica. La información contenida en este documento no reemplaza y nunca debe ser invocada para un consejo médico profesional. Siempre discuta con su médico los riesgos y beneficios de cualquier tratamiento.